Reza hoy el y santo rosario en familia. Hoy 9 de agosto, el evangelio nos narra que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia. Y ahí se manifesta el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se vuelve símbolo de libertad, símbolo de alegría, de sabiduría y de luz. El Señor nos dice: Quiero secar tus lagrimas, quiero resucitarte a una vida nueva, quiero sufrir a tu lado y consolarte … quiero amarte como nadie te ama, como nadie te puede amar. ¿Me lo permites?. Por eso, ‘confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y crece en paz: que el Señor sea tu única delicia y Él te dará todos los deseos de tu corazón.
Encomienda todos tus proyectos al Señor, confía en Él, y Él hará su obra; hará brillar tu justicia como el sol y tu derecho, como la luz del mediodía’. (Salmo 37,3-6). Porque Jesús promete que dará a todos descanso, pero pone una condición : ‘tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón’. ¿En qué consiste este yugo, que en lugar de pesar aligera y en lugar de aplastar alivia? El yugo de Cristo es la ley del amor, en su mandamiento que ha dejado a sus discípulos.
El verdadero remedio para las heridas de la humanidad, sea materiales, como el hambre y las injusticias, sea psicológicas y morales, causadas por un falso bienestar, es una regla de vida basada en el amor fraterno, que tiene su manantial en el amor de Dios. Ya que la humanidad de nuestro tiempo ¿espera todavía un Salvador? Da la impresión de que muchos consideran que Dios es ajeno a sus intereses.
Aparentemente no tienen necesidad de Él, viven como si no existiera y, peor aún, como si fuera un obstáculo que hay que quitar para poder realizarse. Seguramente también entre los creyentes algunos se dejan atraer por seductoras quimeras y desviar por doctrinas engañosas que proponen atajos ilusorios para alcanzar la felicidad. Sin embargo, a pesar de sus contradicciones, angustias y dramas, y quizá precisamente por ellos, la humanidad de hoy busca un camino de renovación, de salvación; busca un Salvador y espera, a veces sin saberlo, la venida del Señor que renueva el mundo y nuestra vida, la venida de Cristo, el único Redentor verdadero del hombre y de todo el hombre.
Ciertamente, falsos profetas siguen proponiendo una salvación ‘barata’, que acaba siempre por provocar fuertes decepciones. De hecho, cada vez que el Señor quiere dar un paso adelante, junto con nosotros, hacia la ‘tierra prometida’, llama primero a nuestro corazón; espera, por decirlo así, nuestro ‘si’, tanto en las pequeñas decisiones como en las grandes.
Que María nos ayude a aceptar siempre la voluntad de Dios, con humildad y valentía, a fin de que también las pruebas y los sufrimientos de la vida contribuyan a apresurar la venida de su reino de justicia y de paz. Te coloco ante Jesús Sacramentado a ti y a toda tu familia. ¡Dios te bendiga y proteja siempre!🙏
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