Hoy 2 de marzo, meditaba que el Señor nos ha dado muchos días de sol y de brisa suave, días en los que la pesca ha sido abundante; ha habido también momentos en los que las aguas se agitaban y el viento era contrario, como en toda la historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir. Pero siempre supe que en esa barca estaba el Señor y siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es nuestra, sino que es Suya. Y el Señor no deja que se hunda; es Él quien la conduce, ciertamente también a través de los hombres que ha elegido, pues así lo ha querido. Esta ha sido y es una certeza que nada puede empañar. Y por eso hoy mi corazón está lleno de gratitud a Dios, porque jamás ha dejado que falte a toda la Iglesia y tampoco a mí su consuelo, su luz, su amor. Queridos amigo (a), Dios guía a su Iglesia, la sostiene siempre, también y sobre todo en los momentos difíciles. No perdamos nunca esta visión de fe, que es la única visión verdadera del camino de la Iglesia y del mundo. Que en nuestro corazón, en el corazón de cada uno de ustedes, esté siempre la gozosa certeza de que el Señor está a nuestro lado, no nos abandona, está cerca de nosotros y nos cubre con su amor, por eso durante este tiempo de Cuaresma nos llama a la conversión recordando la entrega de Jesús por nuestra salvación. Escuchemos con atención la invitación a la conversión, a ‘retornar a Dios con todo el corazón» acogiendo su gracia que nos hace hombres nuevos. Que ninguno de nosotros sea sordo a esta llamada, y que nos acompañe en este tiempo Cuaresmal la Virgen María, Madre de la Iglesia y modelo de todo auténtico discípulo del Señor, y de San José, protector de la Iglesia. Este es un tiempo privilegiado para iniciar de nuevo este deseo de vivir en felicidad y eternidad, ya desde aquí donde estemos en este lugar precioso dónde nos quiere salvar, y para esto, es fundamental que estemos atentos a sentir Su voz y estar en Su Presencia divina, para que veamos que Jesús Sacramentado está ahí para llenarnos de Su gracia divina. Te pongo ante el Tabernáculo para que puedas llevártelo en tu corazón, como un Sagrario vivo, y colocó toda tu familia, para que sea protegida y bendecida. ¡Que Dios te bendiga y proteja siempre! 🙏
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